Las batallas lingüísticas para defender y normalizar el euskera son una pauta política e identitaria cuya importancia los vascos conocen bien.(Pubblicado en Deia, Diario de Bizkaia el 9.03.05)
Ahora, en el telón de fondo de una Europa que busca una personalidad común, las batallas lingüísticas han empezado a desencadenarse al nivel de las lenguas mayoritarias de los Estados.
Como dijo hace unos días el titular de un prestigioso periódico estatal : ‘‘España, Italia y Portugal han vetado un debate en la Unión Europea por no estar traducidos los documentos en sus lenguas’’. Un editorial de otro prestigioso diario de otro Estado, Italia, habló de ataque a la identidad italiana. Unos europarlamentarios han amenazado con una huelga si los documentos no se traducen en su lengua. Algunos medios han hablado de la ‘‘rebeldía’’ de Estados de Europa del sur, que formarían un frente común en contra de la Comisión Europea.
Todo empezó cuando el comisario José Manuel Barroso decidió hacer uso sólo de tres idiomas en unas ruedas de prensa : el inglés, el francés y el alemán. La razón : hacer economías en los servicios de traducción. Es algo que no debería de sorprender de parte de un comisario que tiene fama de neoliberal en lo económico.
Como buen capitalista desalmado, Barroso no había tenido en cuenta que las lenguas son las almas de los pueblos. El frente de Estados del sur demuestra que dichos europeos están más dispuestos a renunciar a sus monedas que a sus lenguas y que la convergencia continental acerca del euro no trae consigo la convergencia lingüística.
Se trata de un conflicto lingüístico que podría marcar una batalla política para alcanzar el poder cultural en Europa.
Desde Gran Bretaña, cuña de la lengua más poderosa del mundo, llegó un apoyo directo al castellano : la Canning House, ‘‘sociedad sin ánimo de lucro dedicada a promover el entendimiento entre el Reino Unido, España, Portugal y América Latina’’ ha pedido a Tony Blair que intervenga en favor del castellano en Europa.
Cuidado con Canning House. Si se trata de verdad de ‘‘promover el entendimiento’’ ¿ Qué piensan estos señores del asunto que envenena las relaciones entre los dos Estados : la cuestión de Gibraltar ? ¿Qué ha hecho Canning House para compensar a los descendientes de los andaluces expulsados del Peñón ? ¿ Cómo explica Canning House la presencia de una colonia británica en la península ibérica ?
¿No será que detrás de estas palabras, tan solidarias con la lengua de Cervantes, se esconde una vieja trampa imperial, o sea dividir los Estados del sur para después dominar lingüísticamente Europa ?
Me explico. A pesar de ser débil en Europa, el castellano es potente en el mundo. Supongamos ahora que acabe por alcanzar el primer plano en Europa. ¿Alguien cree que los portugueses y los italianos no se sentirían traicionados, decepcionados, como ya lo son, al menos en parte, los pueblos sin estado de Europa cuyas lenguas no están consideradas ? ¿Alguien cree que el sueño de una Europa que fuese algo más que un simple mercado único no se quebrantaría ulteriormente ?
¿Y quién tiene interés en que se debilite la idea de Europa ? El Gobierno del Estado del PSOE o la Canning House, casa de británicos, notoriamente euroescépticos.
¿Cuando la idea de Europa habrá perdido su magia, en qué idioma comunicarán los europeos entre sí ? ¿En castellano ? ¿En alemán ? ¿En francés tal vez ? No lo creo. Los europeos comunicarán en inglés por ser ésta la lingua franca contemporánea. Y así los euroescépticos y los neoliberales habrán ganado dos veces : primero, habrán insertado el euroescepticismo dentro de comunidades lingüísticas tanto nacionales como estatales, tradicionalmente europeístas ; segundo, lo que quedará de Europa -un continente-mercado- por fuerza de inercia hablará inglés…
El apoyo de Canning House al castellano es un Caballo de Troya para matar las últimas ilusiones europeístas, y a la larga establecer, de hecho, el unilingüismo inglés en la Unión.
¿Podría imaginarse que el comisario neoliberal hubiera planificado de antemano dejar fuera de las ruedas de prensa el castellano, el italiano y el portugués ?
Robert Scarcia